La Biblioteca Juvenil de Mayagüez, su Junta Directiva, sus empleados, miembros y usuarios de toda la comunidad del Occidente de Puerto Rico expresan su más sincero agradecimiento por el apoyo de Mónica Martin a la biblioteca desde su fundación y durante los últimos 31 años.

Su interés en la lectura y servicio comunitario se manifestó muy temprano en su vida. Antes de retirarse a Rincón en 1991 junto a su amado esposo Frank, Mónica ya había vivido una vida rica en familia, trabajo, y servicio comunitario, tanto en su Austria natal como en los Estados Unidos. Mónica fue una lectora voraz, habilidad y talento que le permitió hacer una diferencia en Puerto Rico también. Aportó generosamente su tiempo y esfuerzo para hacer realidad la biblioteca y mantenerla en funcionamiento. Aun más, durante seis o siete años ella y dos amigas venían a Mayagüez los viernes para administrar la biblioteca; las tres mujeres hicieron de todo: se encargaron de la recepción, procesaron los libros donados, mantuvieron actualizado el catálogo de tarjetas y fielmente devolvieron los libros a los estantes para que estuvieran listos de modo que el próximo niño los encontrara y disfrutara. Además, formó parte de la Junta Directiva de la Biblioteca Juvenil de Mayagüez desde 2009 hasta 2012.

Mónica compartió su vida con sus amigos y se involucró activamente en su comunidad adoptiva durante los más de treinta años en que ella y Frank residieron en el oeste de Puerto Rico. Para que conozcas con mayor profundidad su quehacer compartimos contigo algunos de los comentarios de personas que la conocieron bien.

(Mónica estuvo) siempre dispuesta a ayudar y dejó un legado para el futuro de los niños. Gracias Mónica Martín por preocuparte por la educación de nuestros hijos.

Ella tuvo una vida muy interesante y activa y su amor por su familia y amigos era inmenso. Sin duda una vida bien vivida y un modelo a seguir para nosotros.

Muchos de nosotros sentimos que ella era como una tía querida, siempre feliz y acogedora.

Monica y su hija Liz

Monica y Frank

Monica y sus nietos a quienes llevaba a la biblioteca cuando venian de visita.

Me hice amiga de Mónica a través del Club de Lectura de Rincón que ella confundó. Permítanme decirles que era una lectora ávida y siempre buscaba cómo ayudar a su comunidad.

Me encantaron nuestras conversaciones; una dama verdaderamente hermosa fue una piedra angular en el Club Internacional de Amistad (IFC, por sus siglas en inglés). Una gran amiga muy querida por todos los que la conocieron.

Mónica fue una persona tan maravillosa y querida que tocó la vida de muchos de nosotros. Fue realmente un privilegio haberla conocido.

Será recordada por su amabilidad y amistad. Vivió una vida larga e inspiradora.

 

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